aprende a tomar el sol correctamente
No descubrimos nada nuevo diciéndote que la luz natural genera efectos positivos. Disminuye el estrés y la ansiedad, las personas que suelen hacer la mayor parte de su vida y jornada laboral junto a la iluminación solar tienen menor índice de depresión frente a personas que se encuentran en entornos cerrados. Estar expuesto al sol regula los niveles de vitamina D, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejora la salud visual.
Para disfrutar de estos beneficios, sobre todo ahora en verano, no basta con exponernos a los rayos del sol, hay que protegernos para evitar quemaduras, irritaciones, insolaciones y prevenir enfermedades como el carcinoma (cáncer de piel). En este post te enseñamos la forma más saludable de tomar el sol sin que dañes tu piel.
Usa un protector solar adecuado
Lo principal es escoger un protector solar que tenga una protección adaptada a cada uno de nosotros. Dependiendo de nuestro tipo de piel, cada persona tiene un fototipo diferente, pero incluso las personas con un tono de piel más bronceada no deben obviar la aplicación de protectores.
Las cremas solares contienen ingredientes que bloquean o absorben los rayos ultravioletas (UV) evitando sus efectos adversos. La Organización Mundial de la Salud recomienda, a todo tipo de pieles, aplicar una protección de al menos 30 de factor de protección solar y más de 50 para pieles claras. Nuestros fototipos van desde el primer grupo (piel muy pálida), hasta el sexto (piel negra), independientemente, todos necesitamos usar en verano un factor de protección de 30 como mínimo y no pasar más de 15 minutos sin protección estando expuesto a la luz del sol.
Frecuencia y forma de aplicar
Parece una tontería explicar cómo debemos ponernos crema solar, pero muchas personas no lo hacen correctamente. No vale de nada embadurnarnos o rebozarnos en crema si luego pasamos varias horas sin volver a aplicarnos.
Lo recomendable es poner tanta cantidad como nuestra piel necesite, masajeando nuestra piel hasta que la absorba. Recuerda que su efecto no es infinito. Tiene una durabilidad de no más de dos horas, aunque es recomendable volver a ponernos protección cada hora u hora y media.
Si tomas un baño o haces deporte, la durabilidad de la protección se reducirá considerablemente o se perderá. Vuelve a aplicarte crema cuando tu piel esté completamente seca, así la absorberá y seguirás protegido.
Cuida tu rostro y tus manos
Si vas a la playa o a la piscina debes protegerte del exceso de rayos solares, pero no te olvides que el sol también produce quemaduras en cualquier otro momento. En la calle también se expone tu piel al exceso de radiación, sobre todo las zonas más sensibles: nuestro rostro y manos.
Ten en cuenta que nuestros parpados, mejillas, nariz y labios se encuentran expuestos a la luz, también solemos olvidarnos de nuestras manos que rara vez cubrimos o protegemos como deberíamos.
Como consejo, usa un factor de protección más alto del que tengas que usar según tu fototipo, así te asegurarás de que no sufrirás irritaciones, quemaduras o dermatitis.
Comprueba que la crema solar está en buen estado
Ten en cuenta que las cremas no tienen una duración eterna, también caducan, perdiendo todas sus propiedades de protección. Por lo general, los protectores solares tienen una duración de unos tres años, salvo que en el envase diga lo contrario. Aún así, nuestra recomendación es renovar nuestras cremas cada año, así tendremos la garantía de que actúan adecuadamente.
Tampoco la guardes en lugares donde esté expuesto directamente al calor ya que, por el material de su envase, es probable que se desprendan residuos afectando al contenido y, en definitiva, a nosotros cuando nos la apliquemos.
Evita tomar el sol en las horas de riesgo
Especialmente en verano, las horas de más calor se encuentran en la franja de 12:00 a 17:00 de la tarde. Es en ese momento cuando más cuidado debemos tener con nuestra piel. Además de tomar los consejos antes mencionados, es aconsejable evitar estar expuestos al sol directamente durante las llamadas horas de riesgo.
Una buena manera es usar sombreros, gorras o sombrillas, teniendo en cuenta que no filtrarán todos los rayos del sol. En el mercado, podemos encontrar una amplia selección de estos productos, pero no todos tienen la certificación de protección contra los rayos UV. Ten en cuenta esto antes de comprar.
Grupos más vulnerables a los rayos UV
Las personas con fototipo 1 (piel pálida), los niños y las personas mayores son los grupos más vulnerables ante los efectos nocivos del exceso de exposición solar.
En el caso de niños y mayores, hay que evitar tomar el sol directamente por más de 15 minutos y renovar el protector solar cada hora, además de no estar solos para prevenir cualquier problema causado por el calor, como la insolación.
Mantener una buena hidratación y alimentación
Siempre debemos ser concienzudos con este tema, no solo en verano. Al menos, beber 2 litros de agua diariamente. Salir a la calle con una botella de agua, para casos de urgencia.
Los golpes de calor son muy frecuentes en verano, sobre todo para los grupos vulnerables (niños y mayores), si tenemos que salir a las horas de mayor exposición, deberemos llevar con nosotros teléfono móvil para comunicarnos en caso de emergencia y reaccionar ante cualquier síntoma, como mareo o fatiga.
Si llevamos una dieta equilibrada, rica en fibra y vitaminas y evitamos los excesos de comida con azúcar y grasas saturadas (que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares), también estaremos previniendo estos efectos adversos de la exposición solar.
No usar exceso de colonias o perfumes
Siempre que usemos productos que contengan alcohol, deberemos hacer un uso comedido de estos productos. Colonias, lociones, perfumes… suelen tener una base de alcohol que, ante la exposición solar, provocan irritaciones y quemaduras.
Aplica todos estos consejos para tener un maravilloso verano.