cómo superar el miedo a volar
Deja el miedo a volar en casa estas vacaciones
Estás a punto de disponer de unos días libres y quizás busques un destino que te sorprenda, o quieras visitar a familiares o seres queridos que se encuentren alejados de ti. Sin embargo, acabas posponiendo tus planes por una razón, a menudo acallada: el miedo a volar.
¡No dejes que tu miedo a volar te impida realizar los planes que deseas hacer! Ya sea para viajar en vacaciones, volver a tu lugar de origen, o para realizar un traslado, desde NortemBio te damos los mejores consejos para que superes esta fobia.
Céntrate en los beneficios de volar
El transporte aéreo es la manera más rápida que existe para viajes de larga distancia. No hay comparación posible. Puedes planear tu vida rechazando a los aviones por tu miedo a volar, pero lo aconsejable es que trates de dar una oportunidad a este medio de transporte.
Comienza por ignorar las noticias negativas. De media, cada minuto permanecen volando más de 11.000 aviones en todo el mundo. Sin embargo, la proporción de accidentes es bajísima si la comparas con otros medios que se eluden con más dificultad como el automóvil.
Si mantener una visión positiva no te da resultado, acude a una solución más pragmática. Interésate por conocer el funcionamiento de los medios de transporte aéreos, la avanzada tecnología que se emplea en materia de seguridad y los rigurosos protocolos de emergencia. Quizás esto te sirva para reconciliarte con los aeroplanos.
Averigua dónde nace el miedo a volar
La aerofobia, al igual que otros miedos, puede tener un origen irracional o ilógico. Sin embargo, puedes encontrar alguna explicación de por qué sufres sus síntomas si ahondas en tu pasado o en otros temores.
Por ejemplo, el miedo a volar quizás provenga de la claustrofobia. La cabina de un avión puede suponer una limitación muy grande para personas que no estén acostumbradas a permanecer en espacios cerrados, produciendo al individuo una falsa sensación de estar atrapado e indefenso.
También, la aerofobia se encuentra íntimamente relacionado al miedo a las alturas. En este caso, el miedo no deriva de los movimientos o ruidos que pueda producir un avión, ni del espacio cerrado, sino de la distancia a la que éste se encuentra de la tierra.
Otras causas pueden ser miedos o traumas en la infancia, consecución de épocas de estrés, ansiedad o depresión y falta de confianza o autoestima. En estos casos, lo mejor es acudir a algún terapeuta cualificado para tratar de distinguir el origen de tu miedo a volar.
¡Pon en práctica técnicas de relajación!
Antes de enfrentarte, in situ, al medio a volar, conviene que desarrolles estrategias para contrarrestar el pánico que puedas padecer.
La visualización es una técnica muy empleada para estas fobias. Trata de imaginar el trayecto que vas a realizar, dónde te vas a sentar, qué rutina vas a seguir dentro de la cabina, así como el paisaje que podrás disfrutar desde la ventanilla. De esta manera, conseguirás producir una sensación de control frente a la incertidumbre que te provoca montarte en un avión.
Controlar la respiración es otro ejercicio esencial. Intenta practicar este sencillo método. Utiliza para inhalar y exhalar la nariz: respira profundamente llevando el aire desde tus pulmones hasta debajo del ombligo. Siente como el aire baja y se queda en tu interior, espera unos segundos y comienza a exhalar lentamente, realizando el camino inverso, desde tu ombligo, a tus pulmones hasta salir por tus fosas nasales. Realiza estas respiraciones profundas durante varios minutos, solo concentrándote en la respiración. Si haces esto, reducirás la sensación de estrés y ansiedad.
Por último, puedes recurrir al yoga o a la meditación. Tras practicar ambas disciplinas durante un periodo prolongado de tiempo trabajarás la visualización y la respiración. En el caso del yoga, además conseguirás aumentar tu coordinación y elasticidad. Gracias a la meditación, desarrollarás una mayor capacidad de concentración.
No realices trayectos largos
Si estás comenzando a dar tus primeros pasos para superar el miedo a volar, no es conveniente saturarte. Para salir de tu zona de confort de forma exitosa es recomendable que evites los desplazamientos superiores a las 2 o 3 horas.
En caso de que tengas un viaje programado que sobrepase dicha duración, puedes realizar previamente algún vuelo más corto que te sirva de práctica para ganar confianza. De esta manera reducirás las posibilidades de que te impacte el miedo a volar.
A medida que realices viajes, serás capaz aumentar la distancia de tus viajes. De forma progresiva lograrás pasar de trayectos cortos a vuelos transoceánicos.
¿Te sientes superado por el miedo a volar?
Si la simple idea de montarte en un avión te da absoluto terror, no es conveniente que te expongas a una terapia de choque como realizar un viaje, por muy corto que sea. Antes de eso, conviene que pruebes otras estrategias.
Puedes combatir el miedo a las alturas acudiendo a parques de atracciones. Es una manera divertida de perder el miedo. El movimiento que se produce dentro de un avión es inapreciable comparado con cualquier montaña rusa.
Si la cabina te provoca claustrofobia, fuérzate a usar ascensores en lugar de utilizar escaleras. En caso de que te den pánico los lugares cerrados, pide ayuda a algún amigo para que te acompañe hasta que normalices la situación.
Por último, aunque no sea apto para todos, la adrenalina que producen en el organismo actividades como el descenso de barrancos o el puenting quizás puedan eliminar el miedo a volar.
¡Prepara entretenimiento para tus viajes!
Una vez que despegue el avión, ya solo es cuestión de tiempo que llegues a tu destino. Para que este proceso no se convierta en un calvario, lleva contigo material suficiente para mantenerte distraído.
Los libros y películas son una solución ideal para ocupar el tiempo y no pensar en el viaje. Durante el despegue o el aterrizaje deberás mantener tus aparatos eléctricos apagados, pero en el trayecto podrás utilizar cualquier dispositivo en modo avión.
La música amansa a las fieras, así que también te puede servir para relajarte y evadir el miedo a volar. Juegos de cartas, dominós o dibujar también son excelentes formas de distracción.
Intenta descansar antes de volar
Contrario a la creencia generalizada, no es conveniente viajar sin haber dormido. Resulta absurdo pensar que una persona que sufre miedo a volar se quede dormido gracias a pasar la noche en vela. Lo que puede pasar es que se genere una sensación aún mayor de incomodidad y nerviosismo.
En su defecto, hay que tratar de descansar lo mejor posible la noche anterior. Viajar provoca estrés. Por los horarios, por cumplir con el planning o por las posibles incidencias que crean incertidumbre. Por lo tanto, si puedes cargar pilas con un buen sueño el día antes, lo agradecerás durante el trayecto. Eso sí, cualquier siestecita en el avión es bienvenida.
Evita el alcohol y el consumo de estupefacientes
Hagas lo que hagas, no consumas ni alcohol ni estupefacientes antes de montarte en un avión. Desde NortemBio, queremos evitar que te expulsen de la cabina o que provoques algún altercado que ponga en riesgo la integridad física o moral de cualquier pasajero o miembro de la tripulación.
El alcohol y otras drogas no te ayudan a superar tus miedos, solo provocan una alteración de tu percepción sensorial. Una cosa es que tomes una biodramina para evitar mareos y otra muy distinta es que acudas borracho a la puerta de embarque.
Y por si esto no te convence, recuerda que el alcohol y ciertas sustancias aumentan la agresividad y competitividad. Estos comportamientos, mezclados con el miedo a volar, derivan en un cóctel impredecible y nada recomendable.
¡Poniendo en práctica todos estos consejos no habrá viaje que se te resista! Superar una fobia es un proceso que puede ser largo, no seas impaciente y mantén la constancia. Pasarás de no querer saber nada de aviones a ser el nuevo Phileas Fogg.